No es un blog. Es un espejo simbólico donde las ideas se ensamblan solas.
“No todo lo que entiendo puedo explicarlo. Pero si puedo usarlo, es suficiente.”
Este sitio no es un blog. Tampoco es un portfolio, ni una colección de frases bonitas. Es una estructura de pensamiento abierta.
Comparto cómo pienso, cómo ordeno lo que otros ven como caos, y cómo dejo que las ideas se ensamblen sin empujarlas. No para impresionar, ni para enseñar. Sino para dejar una huella que quizá resuene contigo, si estás listo para escuchar en otro ritmo.
No hay secciones de opinión, ni comentarios, ni urgencia. Solo fragmentos de mi mente: estructuras, metáforas, modelos y reflexiones sobre cómo funciono y cómo leo el mundo.
Son textos escritos sin prisa, sin expectativa de viralidad. Son piezas que buscan encajar, no convencer.
Si algo de esto te hace eco, te invito a explorar el Archivo Mental: una especie de mapa simbólico donde agrupo las publicaciones según cómo pienso.
O si prefieres algo más ligero y narrativo, puedes suscribirte a los Relatos en segundo plano, mi espacio en Substack.
Este sitio está hecho para cuando tengas tiempo, no para cuando tengas prisa.
No me verás defender mis ideas. Las verás funcionando.