Mente Modular

Conectar conmigo


Mis redes simbólicas

Relatos en segundo plano

Imagen de portada

Cuando el sistema estaba roto, aprendí a reconstruirlo desde dentro

Subir desde el caos sin rehacer nada: desensamblar, leer, reorganizar

A veces te entregan un sistema y todo huele a que está mal diseñado. Las piezas no encajan, la documentación no ayuda, los que lo defienden parecen más interesados en que funcione “de cara al cliente” que en que realmente funcione.

Podría haber dicho que no.

Pero tengo un patrón: si lo observo un poco y veo que hay algo ahí —aunque esté enterrado bajo promesas vacías—, acepto el reto. No para arreglarlo a la fuerza. Sino para entenderlo mejor que nadie y reorganizarlo desde dentro.


No rehago sistemas.
Los desarmo mentalmente, pieza a pieza, hasta que entiendo cómo deberían comportarse. Hago preguntas que suenan raras, preguntas que los creadores no se han hecho.
Y observo cómo responde cada parte cuando nadie la está mirando.

Valido lo que hace, no lo que promete.

Y si al final logro que funcione —no según su marketing, sino según su esencia—, entonces sé que lo he reconstruido. No desde fuera. Desde dentro.


Lo más sorprendente es que a veces ni yo mismo me creo que vaya a funcionar… hasta que en el último despliegue no falla nada. Entonces lo sé: no fue suerte. Fue estructura.

Ese es mi modelo. Lo uso con sistemas.
Y a veces, también con personas.