Mente Modular

Conectar conmigo


Mis redes simbólicas

Relatos en segundo plano

Imagen de portada

Cómo ordeno ideas caóticas hasta que encajan solas

Reconstruyo sin rehacer: desarmo y reensamblo desde dentro

Mi mente no funciona por líneas rectas.
No empiezo por el principio ni avanzo hacia el final.
Me llegan fragmentos. Pedazos sueltos.
A veces imágenes, otras frases, otras solo un impulso que no sé nombrar.

Durante años pensé que eso era desorden.
Ahora sé que es la forma en la que pienso antes de saber que estoy pensando.


Cuando algo me interesa, no lo analizo de inmediato.
Lo dejo cerca.
No lo toco, pero tampoco lo suelto.
Lo dejo rodar dentro, como una piedra en el bolsillo: está ahí, rozando, pesando, sin hacer ruido.

Y poco a poco, las piezas se van llamando entre sí.
Una conecta con otra.
Una palabra que escuché hace meses se une a una intuición de anoche.
Y entonces lo veo: no era caos. Era semilla.


No fuerzo que encajen.
Solo les doy espacio para que lo hagan.
A veces necesito caminar, ducharme, hacer cualquier cosa que no tenga sentido lógico.
Porque en ese espacio “vacío” es donde mi mente trabaja de verdad.


Ordenar no es imponer estructura.
Es permitir que emerja.


Las ideas no siempre llegan en orden.
Pero si les das tiempo, se ordenan solas.